Abril en la memoria: Venezuela Bolivariana

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Nota: Carlos Matute Ron – Periodista – Venezuela

El mes de abril en Venezuela está marcado por el hito opositor de aquel golpe de estado del año 2002, en el cual y de la mano de los Estados Unidos, secuestraron al Presidente Chávez y montaron a un títere empresario como interino al mando de la nación suramericana.

Pese que la flagrancia no les duró mucho dada la rápida movilización de un pueblo que en definitiva tomó la adarga libertaria de Bolívar, los daños generados en la mediática mundial y la síntesis del plan golpista que hasta el sol d hoy continúan aplicando fueron victorias para ellos.

Empresarios rapaces salieron en jauría junto al clero, medios de información, banqueros, casas de arte y la única central de trabajadores del mundo que se uniría a su enemigo histórico para proceder de esta manera.

Cuando Chávez llegó al poder, la política en Venezuela se reinventó: un proceso constituyente de avanzada (para su momento) colocaba los acentos en un estamento jurídico que abría posibilidades de gobernar y gobernarnos.

Pero los viejos zorros tan resabiados y estructurados con la élite financiera mundial no iban a dejar que sus privilegios de clase fuesen manejados por aquellos que en décadas anteriores venían anunciando un Proyecto Histórico, y que por mil vías intentaron tomar el cielo por asalto.

Para esos días, un plan manejado directamente por la embajada estadounidense al mando de Charles Shapiro movilizó las capas más adineradas del país, aquellos que siempre vieron la nación venezolana como una mina de recursos fósiles que podían manejar a su antojo y beneplácito de la administración Washington de turno.

 

Rápidamente, el Presidente Chávez fue encarcelado, luego de una alocución a la nación. Era evidente. No había renunciado. Fue el clero la carnada. El Presidente había sido secuestrado. El pueblo, en su dignidad, salió hasta Miraflores a exigir ante el mundo entero el retorno del Presidente legítimo. La mediática había dejado de transmitir sus noticieros. No se hicieron eco de lo que ocurría en las calles, mucho menos de lo que a lo interno ocurría: los canales de televisión transmitían fantasías animadas de ayer y hoy.

Mientras, la persecución policial ya había rendido frutos: líderes del gobierno bolivariano habían sido detenidos, tras insultos, golpes y vejámenes. A algunos diputados se les allanó su inmunidad.

La psique social en momentos de caos saca lo peor del Ser humano, y la confusión y el miedo le retiran al hombre su raciocinio. Si a ello le sumamos una dirigencia opositora extremista, elitista, ritualista, la cena para la muerte estaba servida.

Nuevamente, los planes de contingencia popular actuaron, y en frío sr tomó la decisión de rescatar al Presidente Chávez de la Isla en la que estaba secuestrado.

La constitucionalidad había sido quebrantada. Sin embargo, el pueblo sabio no confrontó militarmente a la oposición. La calle era el ring. Saldos más trágicos pudieron haber quedado si la definición del golpe se hubiese dado en la calle.

Para ese entonces, recordemos, la traición, como siempre, se había colado a un proceso que nacía, y es cierto, actuaba tímidamente contra el enemigo histórico. De hecho, la extinta Policía Metropolitana y la Policía Técnica Judicial hicieron su festín.

Pero como las ambiciones de poder no permiten que se asiente una idea precisa, todos querían un cargo en el absurdo gobierno de facto que se había montado con Pedro Carmona Estanga a la cabeza.

Es así, que por el palacio de Miraflores, desfilaron desvencijados artistas de cine y televisión, directores de museos, acaudalados empresarios extranjeros, periodistas mercenarios, dueños de banco y gerentes de empresas extranjeras, militares golpistas y por supuesto, militares estadounidenses y los representantes de Dios en la tierra.

El botín debía ser repartido lo más pronto posible. El pueblo en la calle gritaba Vivas a Chávez, exigiendo su retorno.

Allí, justamente allí, la contingencia tomaba forma.

Para ese entonces, los medios de comunicación afectos al proceso habían sido cerrados, y a raíz de ello, periodistas y militantes revolucionarios asumimos la tarea de multiplicar lo que sabíamos. Una página web sirvió como base receptora de información, y a su vez como emisora destilada de lo que ocurría fue la plataforma anti-escualidos.com, la que a la postre serviría como ente unificador para la mediática alternativa (en torno a esta página se logró articular una poderosa asociación nacional de medios comunitarios, libres y alternativos). Así, fueron las cámaras de un movimiento popular naciente, quienes hicieron las tomas para hilar un discurso que derrumbaría contundentemente la mediática mundial: en Venezuela se desarrollaba un Golpe de Estado. Vale destacar que todo ese material fue investigado y trabajado magistralmente por nuestro colega y maestro, Ángel Palacios, el cual dio como resultado el documental Llaguno, claves de una masacre, siendo esta pieza indispensable para un juicio que nunca llegó.

Lo que sucedió luego, es parte del estudio de la realidad contemporánea político-social venezolana.

En efecto, el 13 de Abril la presión social y los argumentos contundentes, la unión cívico militar (por vez primera en Nuestra América), retornó del sepulcro a Chávez. En esa oportunidad, en alocución pública, perdonó a los golpistas.

17 años después, los mismos golpistas con Guaidó a la cabeza visible, un plan un tanto más ampliado y el mismo olor a muerte de las mafias financieras mundiales, continúa agobiando la realidad local.

Un pueblo consciente, un gobierno legítimo y una alianza con los países contra-hegemónicos, hasta ahora permite continuar desarrollando proceso civilizatorio dentro de la constitución bolivariana.

Lo que se deje de hacer, en términos globales por mostrar solidaridad con Venezuela (la que nunca ha dudado en apoyar cualquier causa injusta en el globo terráqueo), repercutirá de inmediato en nosotros. Lo que Maduro y nosotros dejemos de hacer, repercutirá en la Humanidad y los más desvalidos. O peleamos nuestro derecho a la libertad, o el mundo se sumará en baños de sangre necesarios para el motor del capitalismo.

Y entonces. ¿No Pasarán?

 

 

 

 

 

 

 

Los articulos del diario La Humanidad son expresamente responsabilidad del o los periodistas que los escriben.

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